viernes, 12 de septiembre de 2008

Interdicción a Domicilio (tomado de Caretas)


Un singular despliegue policial alteró la tranquilidad de la cuarta cuadra de la calle 2 de Mayo, en Miraflores, el pasado martes 6, a las 11:45 de la mañana. No se trataba de un ensayo de seguridad con miras a la Cumbre del ALC-UE. Los efectivos brindaban custodia a una camioneta Honda, de lunas polarizadas y placa ROX-224. El vehículo le pertenece a Jorge Figueroa Guzmán, de 43 años, asesor del vicepresidente de la República, almirante AP (r) Luis Giampietri. Abogado de profesión, Figueroa descendió de la camioneta, miró a ambos lados de la calle e ingresó al inmueble signado con el Nº 475.

Allí funciona la oficina personal del hasta hace poco presidente del Consejo de Defensa Judicial del Estado, el aprista Moisés Tambini del Valle. Un encuentro de amigos, se podía pensar. Pero poco después, a las 12:36 horas, hizo su aparición en ese mismo inmueble Francisco Tudela Van Breugel-Douglas. El ex Canciller vestía una tenida casual y llevaba un maletín de cuero en la mano izquierda. Saludó a uno de los guardaespaldas de Tambini e ingresó raudo a la oficina del procurador. Un reportero gráfico de CARETAS registraba toda la escena.

El cónclave duró aproximadamente dos horas y, en ese lapso, quienes parecían ser asistentes de Tudela llegaron al lugar con documentos encarpetados y cajas de pollos a la brasa. Figueroa y su resguardo abandonaron la oficina de Tambini cerca de las dos de la tarde. Tudela lo hizo 20 minutos después.

¿De qué hablaron estos tres personajes?
Debió ser algo importante. Porque seis días después, el lunes 12, Tudela y Figueroa volvieron a la oficina de Tambini. Esta segunda reunión duró otras dos horas.

Ambos encuentros, por cierto, se produjeron en una etapa crucial del litigio millonario entablado, en noviembre último, por el ex Canciller y su hermano Juan Felipe Tudela en contra del padre de ambos, don Felipe Tudela y Barreda, de 92 años.

El culebrón aristocrático-judicial es por el control del patrimonio del patriarca Tudela que, aunque los números no son oficiales, se estima que está entre US$ 50 y 60 millones.
Tudela padre ha desheredado a sus dos hijos, dolido por la conducta de ambos que han solicitado al Poder Judicial que se le declare “interdicto”, es decir, incapaz para manejar su fortuna (ver recuadro). Pero los hermanos no han dado su brazo a torcer y continúan a toda marcha con el caso.

No son nuevas las especulaciones sobre la influencia de Tambini en el Poder Judicial. También es conocida su cercanía a los principales dirigentes apristas.

¿Pero qué hace junto al asesor de Giampietri en esta historia? CARETAS ha obtenido reportes electrónicos y de comunicaciones personales reconocidos como verdaderos por algunos de los implicados. Su carácter deja de ser privado y adquiere relevancia pública cuando arrojan serios indicios de tráfico de influencias. A continuación, un documentado registro, pasito a paso, que ayuda a entender la estrategia de los hermanos Tudela Van Breugel por fabricar, de ser necesario, la interdicción de su padre.

El 15 DE ABRIL, a las 8:58 horas, Figueroa llamó desde su teléfono celular 994008295 a Blanca Mazuelos Bohórquez, del 22º Juzgado Penal de Lima. Una semana antes, la defensa de Felipe Tudela había presentado ante dicha magistrada una segunda demanda de Hábeas Corpus en contra de Carmen Torres Valdivia, titular del 12º Juzgado de Familia, que ve el proceso de la “interdicción”, por presunta parcialidad en favor de Francisco Tudela. El celular de Mazuelos es el 999351799.

Las llamadas del asesor del vicepresidente a la jueza se repitieron el 16, 18, 23 y 25 de abril, según el récord telefónico de la titular del 22º Juzgado. Por su parte, el propio Tambini también se contactó telefónicamente con Mazuelos desde su celular 998032535. La llamada está registrada el 16 de abril a las 12:28 horas. Lo que dialogaron es un misterio, pero ocho días después, el 24 de abril, la jueza Mazuelos declaró infundada la demanda de Felipe Tudela. La apelación de aquél subió a la Tercera Sala Penal de la Corte Superior de Lima, cuya vocal ponente es Nancy Ávila León, la esposa de Moisés Tambini.

Entrevistados por CARETAS, Figueroa y Tambini negaron haber llamado a la jueza Mazuelos. Ambos coincidieron en que, probablemente, olvidaron sus celulares en algún lugar y otra persona llamó por ellos. Sin embargo, la propia magistrada los desmintió.

Mazuelos en una entrevista concedida en su despacho, admitió que ambos se comunicaron con ella, pero “por cuestiones de universidad, de libros”. “Si obviamente ya está reportado que he recibido estas llamadas, obviamente pues las habré recibido. No puedo negar lo innegable”, dijo y añadió más detalles: “Incluso anoche (poco después de que CARETAS entrevistara al asesor de la vicepresidencia) he recibido otra llamada que simplemente la he colgado. He apagado el teléfono, pero no del señor Figueroa, sino de otra persona allegada a él”. Mazuelos relató otro episodio singular:

“Los dos hermanos Tudela han venido acá, al despacho. Primero vino un hermano, el mayor, y luego vino el otro, el menor, el que fue Canciller, pero yo como uso anteojos, no veo bien. Habló como más de una hora. Habló, habló, habló de mil cosas; habló hasta del Banco Popular, que yo en esa época no sé qué edad tendría porque era una pequeña, cosas que me contaba. Y creo que al día siguiente o en esos días nada más vino otro hermano Tudela. Y le dije al secretario: ¿sabe qué? Ya lo he recibido. Además no es parte del proceso”, aseguró.

No obstante, negó que Figueroa y Tambini la hayan presionado para fallar a favor del ex Canciller fujimorista. “No son mis amigos, pero sí han llamado. Se han averiguado mi teléfono, así como ustedes lo han hecho. Pero no me une con ellos vínculo de amistad, ni con el doctor Figueroa ni con el doctor Tambini. Pero eso no significa que no me puedan llamar. Si fuéramos amigos me llamarían a cada rato”, sostuvo.

Figueroa, además, ha tenido un papel activo a lo largo de este litigio de alcurnia.

SEMANAS ANTES, el 22 de febrero, la titular del 12º Juzgado de Familia, Carmen Torres, designó al Hospital Hermilio Valdizán para que se practique a Felipe Tudela y Barreda la pericia psiquiátrica que definirá, para el Poder Judicial, su estado mental.

Se trata de una prueba crucial. Si Tudela padre es declarado “incapaz” en esta pericia, su fortuna pasará a ser administrados por un “curador”, es decir, uno de sus dos hijos.

Resulta que, el 31 de marzo, el asesor de Giampietri recibió un peculiar correo electrónico de su hermana Dina Figueroa Guzmán, quien casualmente es psicóloga del Hermilio Valdizán. En el e-mail (ver facsímil) Dina le proporcionó a su hermano información detallada sobre las autoridades del nosocomio y le dio consejos sobre cómo debe practicarse la pericia psiquiátrica a Felipe Tudela y Barreda.

“Bravo (Francisco Bravo, ex director del Hermilio Valdizán) me comenta dos cosas: una, que la debilidad del hospital es que no existe un documento que avale el sistema de procedimiento interno que se sigue en este tipo de casos; por lo tanto me sugiere que como abogado del caso pidas un informe sobre el sistema de procedimiento que maneja el hospital en estos casos”, le escribió. “Como ellos no lo tienen ya tendrías un punto a tu favor. Otro es que pidas un informe del avance del caso a la fecha. Otro punto es que el médico psiquiatra del papá de Tudela es el doctor Jorge García Toledo”, le advierte.

En esa misma comunicación electrónica, la psicóloga del Hermilio Valdizán mencionó al perito Ricardo Neyra, a quien calificó como “inescrupuloso, capaz de lo que sea por dinero” y muy cercano del doctor Marco Ramos Salazar (jefe del Departamento de Salud Mental del Adulto y gerente de ese mismo nosocomio), a quien Dina tildó de “el Marqués, porque tiene muchos síntomas de Narciso”.

“Bueno hermanito”, se despidió. “Ya me hiciste pensar mucho y analizar tu caso, además de convertirme sin querer en tu espía. Ya te pasaré la factura, ja, ja, ja”.

La comunicación sería irrelevante si no fuera por un suceso ocurrido el 8 de mayo, dos días después del primer cónclave tripartito en la oficina miraflorina de Moisés Tambini: la jueza Torres designó, precisamente, a los médicos psiquiatras Ricardo Neyra Camac y Héctor León Castro (a quien no se menciona en el correo electrónico) como los dos peritos encargados de practicar la evaluación a Felipe Tudela.

Tanto Figueroa como Tambini negaron a CARETAS haberse reunido con Tudela para tratar el caso. “No tengo por qué intervenir, nunca me han conversado sobre el asunto, tampoco podrían hacerlo y, por otro lado, soy muy respetuoso de los canales correctos de legalidad”, declaró Figueroa. Por su parte, Tambini dijo: “A Francisco Tudela sólo lo he visto durante la última Cumbre. Lo saludé”. El jefe de los procuradores renunció a su cargo el jueves 15 último por “razones personales”.

Mientras tanto, desde Berlín, donde se encuentra de viaje, Enrique Ghersi, abogado de Francisco Tudela, zanjó: “No conozco ninguno de estos asuntos”

En total, a Tudela y Barreda se le han practicado ocho pericias de parte, seis de las cuales han determinado que “se descarta con estos estudios un cuadro demencial que origine incapacidad de raciocinio”. Las otras dos pruebas, practicadas a pedido de la defensa de ‘Pancho’ Tudela, señalan “demencia senil de curso progresivo”.

La última y presuntamente definitiva pericia está programada para este viernes 23.

A lo largo de esta penosa saga familiar, y a pesar de sus 92 años, don Felipe ha dado la cara ante la prensa para defender su matrimonio con Gabriela de Losada. Una particular, pero legítima unión que, vale recordar, se cristalizó cuando los hijos, que tenían su herencia asegurada, objetaron una “donación” económica a quien era la compañera de su padre desde hace 28 años. El objetivo de las nupcias fue, al fin y al cabo, proteger el futuro de su pareja. Pero desde entonces el caso desembocó en una espiral que ha llegado hasta lo que parece ser una triste ruta: el trámite para juntar los sellos suficientes que determinen, a como dé lugar, la demencia del patriarca. (Américo Zambrano).

Nuevas Cláusulas del Testamento

Ante la dilatación del proceso, la demanda de interdicción sentada por Juan Felipe y Francisco Tudela van Breugel-Douglas pateó el tablero (CARETAS 2013). El recurso aún está en trámite ante el 12° Juzgado Tutelar de Familia de Lima (expediente N° 183512-2007-358). Éste se apoya en pericias médicas cuestionables (CARETAS 2025) para declarar la incapacidad mental de Felipe Tudela y Barreda (FTB) para litigar o siquiera decidir su vida. Ante lo que FTB considera una injuria, su abogado Jorge Avendaño ha cumplido con su voluntad de desheredarlos “luego de una profunda meditación (y) con profundo dolor”. El patriarca ha aludido a la causal de desheredación del numeral 1 del artículo 744 del Código Civil.

La lista de atropellos incluye una evaluación psiquiátrica forzosa (5 de noviembre del 2007), el volanteo de cartas a empresas y bancos ventilando una supuesta demencia senil (sic) que maniate notarialmente a FTB congelando sus cuentas bancarias, y el pedido de internamiento del padre. La modificación del escrito fue firmada por FTB ante el notario Ricardo Fernandini, junto a los testigos Elina Sayanca (argentina) y el curtido político Javier Alva Orlandini. Según el testamento, el monto diferido será confiado a los nietos de FTB: Adriana y Felipe Tudela Gutiérrez, y Sofía Tudela Gastañeta, además de quienes nazcan o sean concebidos hasta el mismo instante de su muerte. Vera, también hija de FTB, se mantiene al margen del juicio y de esta disposición. El patrimonio diferido será manejado mediante una representación, pero bajo la voluntad de FTB de que no sea administrado por sus relegados hijos.

Finalmente, el escrito de FTB ratifica lo expresado en su testamento previo (9 de noviembre del 2007). Agregándole, por supuesto, esta addenda que excluye a los hermanos. (C.C.)



22/May/2008